
Sin embargo seguimos imaginando que viajamos hacia lugar seguro, hacia el abrigo del origen, así apreciamos en esta obra de arte, el viaje de la especie por el tiempo, desde la antiguedad, con personajes desconcertantes como el centauro-cíclope que representa la parálisis del mito, la columna griega que representa los pilares de la filosofía occidental del cual solo quedan ruinas y el artificio paradigmático de la sociedad tecnocrática de consumo representada por un maniquí, mamarracho hecho a imagen y semejanza del individuo moderno, anónimo, abyecto y falaz.
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